-¡Hola, Liz!
-¡Hola, Carlos!
-¿Qué hace una señorita tan… tú por aquí?
- En serio creo
que lo tuyo es así de nacimiento.
-¡Ay! ¡No me
golpees que era una broma!
- Bah da igual.
La pregunta no es que hago yo en la calle en la que vivo, sino ¿cómo tú por aquí?
-Estaba yendo a
buscar a mi hermana a sus clases de ballet. El martes tienen examen y tienen
práctica todos los días.
-¡Hay que ver cuánto
practica con lo joven qué es!
-¿Ah, sí? Tú no
la has visto en casa. Ayer estaba ahí tirada
en el sofá sin hacer nada desde que llego. Tuvo
que venir mi madre para que se quitara. En cuanto la vio ¡menuda bronca le cayó!
- Jajaja ¡Vaya
con nuestra Rociito! ¡Se parece mucho
a ti!
- A ver ¿Se puede
saber en qué se parece esa a mí?
-¿Esa? Esa es tu hermana.
-Lo que sea.
-¡Vaya pero
menudo respeto que es este!¡Haya
paz! Bueno lo que te iba a decir era ¿te acuerdas de las vacaciones que pasamos
allá en Valencia?
-Sí, pero sigo sin saber a qué te refieres.
-Pues cuando estábamos en esos vastos prados de tus abuelos tu amigo Luis se perdió. Tú, tras haber pasado tanta vergüenza esa misma mañana
debido a que te caíste en el barro, pretendiste darnos una imagen súper heroica de ti y saltaste la valla
del reciento para ir a buscarlo. Pasaban
las horas y no volvías. Después te hallamos durmiendo debajo de una haya, resultó que te habías cansado de
buscarlo y decidiste echarte una siesta.
- ¡Basta, yo no
recuerdo que eso pasase así!
-Va a ser que sí
paso por mucho que intentes negarlo. La moraleja es ¡ los dos estáis hechos
unos vagos!
- ¿Y qué le paso a Luis?
- Al parecer se le había caído por una alcantarilla uno de
los tubos que traía su nuevo muñeco de acción. Cuando lo consiguió sacar ya nos
habíamos ido. Tuvo que coger un taxi.
- ¿En serio pasó
eso?